A
La Palma marchamos seis compañeros del Atlantes Trail a disfrutar de
un fin de semana en compañía de los amigos del Trecus y del Riverol
Running. Allá fuimos, Mario y Raquel, Hugo, Jonay, Lolo y yo. El
viernes por la tarde a vendimiar en las viñas de D. Francisco en
Mazo, que ricura, hacía años, desde que vendimos nuestros canteros
en tierras araferas, que no me afanaba en estos menesteres y vinieron
a mi memoria buenos recuerdos.
En la noche, la tan ansiada Party
Fiesta Mojitos 3.0, pasando de su sede oficial en Tenerife a la de La
Palma, en la caseta de Don Francis Morales y Mary en Mazo. La verdad
es que pasamos un buen rato, entre la carne, las papas, el mojo y el
quesito palmero, los chistes de Víctor, el toque acompasado de José
y los mojitos del Druida Mario y su ayudante Asterix “Jonay”, que
estaban de aupa. Nos mandamos dos calderos del brebaje y de allí
salimos alegritos directos a la casa de Paquito. Pero como no hay 3.0
sin 4.0, ni noche que pare el ritmo del Atlantes, nos dijimos “…y
ahora nos vamos a acostar?...”, “…a pos vámonos de marcha…”,
y continuamos en la terraza La Sal Marina Club, y claro algún mojito
cayó, pero los del Druida son infinitamente mejores, jejejeje.
El
sábado tocaba “aposamiento”, jejejje, visita a la tienda del
Riverol Running en San Antonio, donde Esther nos atendió muy
amablemente, paseíto por Santa Cruz de La Palma, compritas en el
Mercado y recuperación con agua, agua, nestea, aquarius y más
aquarius, jejjejeje. Almuerzito y pa la playa de Los Cancajos para
“aposar” nuestras posaderas, jejejeje, en la arena, hasta una
sobada cayó. Antes de la cena unos estiramientos en casa de Paco y a
mumu que tocaba madrugar para llegar a tiempo a Los Canarios en
Fuencaliente, donde se desarrollaba la última de las carreras de la
Copa Spar de Carreras de Montaña.
El
domingo se inició, tras despertarme con una pesadilla muy
desagradable, con un sobresalto en mi estómago. Duchita, desayuno en
equipo y pa Fuencaliente se ha dicho. En meta saludos a los conocidos
y a los amigos palmeros, como siempre los organizadores ajetreados
para dejar todo perfecto. Abrazo emocionado a Toño Riverol, -ánimo
amigo, lo de hoy lo tienes superado y en breve estarás dando el
callo en los montes palmeros-.
A
Raquel le tocaba ayudar en el avituallamiento nº1, en el km 5,3 de
la carrera, allí fue con Mary y Patricia, y cuenta que se lo paso
muy bien. Nosotros marchamos a recoger el dorsal, nos dan la bolsa,
corrijo la mochila del corredor, porque eso era, una mochila con la
camiseta conmemorativa de la carrera, un bote de sal marina Teneguía,
un blister de Physiorelax y publicidad del municipio. De ahí al
coche a prepararnos y de paso saludar a más conocidos, como Doris,
siempre tan afable.
Toca
tomar posiciones en la salida, que se espera muy acelerada ya que es
en bajada. Como siempre puntuales salimos a las 10:00 de la mañana y
cual balines desde la plaza en descenso, giro a la derecha y pa Las
Indias que nos vamos, sendero de picón vertical, lo que implica una
bajada rápida y polvorienta, y remontar el descenso con unas subidas
prolongadas sobre picón y entre viñedos hasta llegar a una pista
ancha que permite correr. Llegamos al primer avituallamiento, el del
Pino de Santo Domingo, donde Raquel, mi buen amigo César y Ciara me
animan. Llego con alguna sensación extraña en el estómago, pero
sigo, cojo melón y plátano y pa el GR se ha dicho.
Subiendo
por el GR recuerdo lo mal que lo pase en la Transvulcania, iba con el
efecto del antibiótico y el antiinflamatorio y un cordal dando
latidos, qué angustia y pensando lo dejo, abandono, no!!! tú
puedes, sigue pa lante; y algo parecido me sucedió esta vez. Subo
mal, con ardor en la boca del estómago, intentaba respirar y no
podía, algo me estaba sucediendo. Por fin se acaba la subida, y
viene la bajada hacia el refugio de Los Roques, como me gusta bajar,
pensaba ahora me recupero, ni de coña, la bajada fue prolongada y
suave sobre una pista en zig-zag, y así varios km hasta llegar al km
12, donde me veo a Jonay, ¿pero tu que haces aquí? ¿qué te paso?
¿y los chicos?. Al verlo me aumentó la angustia en el estómago y
pensé en abandonar y quedarme con él. Jonay, antes de ir a La
Palma, estuvo un par de días con fiebre y malestar de estómago, y
ahora, en carrera, estaba vomitando.
Me
dije, si Jonay ha tenido que abandonar, no puedo dejarlo, no podemos
ser dos los Atlantes que nos quedemos, todavía puedes seguir, venga
tira palante. Y así fue, pero todo fue a peor, el calor me erizaba,
pero tengo que seguir, buches de agua, vasos de agua por la cabeza y
a seguir. En este desasosiego me adelantaron varias chicas, y sabía
que no tenía ninguna posibilidad de podium, pero pensaba, no!!!!,
tienes que terminar, Fuencaliente no puede contigo…
Llego
al último avituallamiento, km 23,5, y me encuentro con Sarita,
“…ánimo Leti...”, ahora me echan media botella de agua
por la cabeza y ante mi la famosa cuesta cansada, subida de picón de
un 28% de desnivel, un km y algo más y la meta. El agua me vino
bien, comencé a respirar profundamente para acompasar el ritmo de
subida y logré hacerla en unos 17 minutos, pero al asomar a la
carretera vuelve el ardor al estómago, no podía abandonar, mi
marido, Mario, Hugo, Jonay, Raquel y amigos me esperaban y lo logré,
llegue, pero al entrar me vine abajo.
Intentan
recuperar con vasos de agua, hielo en las piernas, y agua fría en la
espalda, de pronto el tirite se hizo intenso y en poco tiempo no
controlaba mis movimientos, Lolo asustado me dice a la ambulancia y
yo que no, que estoy bien, que me recupero enseguida, pero aquello a
peor. Los chicos, Leti vete y al final accedí. En la ambulancia,
estaban atendiendo a otra persona y mis manos se retorcían y
vibraban sin control. Luci me acerca un polar de Toño y me abrigo
con él. Cuando la enfermera pudo atenderme, tenía las manos
moradas, y empezaba un hormigueo muy desagradable en mis
extremidades. Temperatura: 34ºC, hipotermia, es decir, que
seguramente en los instantes previos a tomar la medida era aún más
baja. Azúcar: hiperglucemia. Tensión: me pone el brazalete empieza
a inflar y la mano se retuerce, me quejo del dolor, y lo deja. Se me
suben las pulsaciones a 105, intento respirar pausadamente y al cabo
de un rato se va pasando todo. Me deriva al centro de salud de Mazo
porque no tienen suero. Al salir me encontraba mucho mejor, pero Lolo
y los chicos insistieron en ir, y yo les decía que se quedaran, que
disfrutarán del almuerzo y la entrega de premios, pero que va, los
compis, que son mis mejores amigos, dijeron, donde vayas tu vamos
nosotros. La verdad es que no tengo palabras para expresar el
agradecimiento que siento hacia mis compañeros de equipo, Mario,
Raquel, Hugo y Jonay, son unas bellísimas personas con un corazón
enorme y les estaré infinitamente agradecida por su preocupación y
ayuda. Y a Lolo que le puedo decir, tú ya lo sabes amor.
Bueno
y sigo porque sino me pongo sensiblona y me echo a llorar. Los chicos
quedaron muy bien, porque la rivalidad y competencia en las carreras
palmeras es dura, pero allí dejaron su impronta. Por orden de
llegada, Hugo quedo el 16 con 2:39 y 8 de la categoría, Mario el 23
con 2:43 y 9 de la categoría y Lolo, el 35 con 2:54 y 9 de los
veteranos. Jonay, tranquilo, es tu segunda carrera, quedan muchas por
delante, mejórate.
Gracias
a todos los que se han preocupado por mí en estos días. Toño,
gracias por el polar, me salvaste tío. Paquito y César, gracias
amigos, un muac pa los dos. Juan Gómez, gracias por tu ayuda en
meta. Marian, besitos mi niña. Ascen y Esther, besazos. Francis,
gracias y nos vemos en Artenara y al chiquitín, besitos y sabes que
lo seguiré intentando, jejeeje, tú me entiendes.
Este
finde me ha aportado una nueva experiencia en este mundo del trail,
la experiencia de que mis amigos lo son y son de corazón.
La
Leti.

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